Un factor crucial es la composición de la atmósfera de Proxima b. La presencia y composición de gases como el metano, el dióxido de carbono y el vapor de agua desempeñan un papel importante en la regulación de la temperatura y la presión de la superficie de un planeta. La falta de una atmósfera sustancial podría provocar variaciones extremas de temperatura y un entorno hostil.
Además, Próxima Centauri es una estrella enana roja, lo que significa que es más pequeña, más fría y menos luminosa que nuestro Sol. La luminosidad reducida de las enanas rojas puede afectar la cantidad de energía que recibe Proxima b, lo que podría provocar una superficie fría y helada.
El bloqueo de las mareas es otra consideración importante. La proximidad de Proxima b a su estrella anfitriona puede causar que quede bloqueado por mareas, lo que significa que un lado del planeta mira constantemente a la estrella mientras que el otro lado está en perpetua oscuridad. Esto podría dar lugar a diferencias extremas de temperatura entre las dos partes, lo que dificultaría el desarrollo de la vida.
La posibilidad de que haya agua líquida en la superficie de Proxima b es una señal prometedora. Sin embargo, se necesitan más investigaciones y observaciones para comprender mejor la composición atmosférica del planeta, las condiciones de la superficie y la actividad geológica potencial para determinar su verdadera habitabilidad.