Sin embargo, este proceso no es sostenible. A medida que se forman las estrellas, liberan energía en forma de luz ultravioleta y vientos estelares. Esta energía puede calentar y dispersar las nubes de gas y polvo que son el combustible para la futura formación de estrellas. Con el tiempo, la galaxia se quedará sin gas y polvo, y cesará la formación de estrellas.
Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de California en Riverside ha descubierto que la colisión de dos galaxias puede proporcionar una nueva fuente de gas y polvo para la formación de estrellas. La colisión puede comprimir el gas y el polvo de las dos galaxias, provocando un estallido de formación estelar. Este estallido de formación estelar puede ser tan intenso que puede rejuvenecer una galaxia que anteriormente estaba a punto de morir.
Los hallazgos del estudio se basan en observaciones de la colisión entre dos galaxias llamadas NGC 4038 y NGC 4039. Esta colisión está actualmente en curso y se espera que las dos galaxias se fusionen completamente en los próximos cientos de millones de años. Las observaciones muestran que la colisión provocó un estallido de formación estelar en ambas galaxias. Este estallido de formación estelar es tan intenso que está produciendo más estrellas de las que cualquiera de las galaxias habría producido por sí sola.
Los hallazgos del estudio tienen implicaciones importantes para nuestra comprensión de la evolución de las galaxias. Muestran que las colisiones entre galaxias pueden desempeñar un papel clave para mantenerlas vivas y activas. Esto es especialmente importante para comprender la evolución de las galaxias en el universo primitivo, cuando las colisiones entre galaxias eran más comunes.