La migración del disco ocurre cuando un planeta recién formado interactúa con el disco de gas y polvo que rodea a su estrella madre. La gravedad del planeta puede ejercer un arrastre sobre el disco, provocando que gire en espiral hacia la estrella. A medida que el planeta se acerca a la estrella, se calienta debido al aumento de radiación que recibe.
Este calentamiento puede hacer que la atmósfera del planeta se expanda, volviéndola más susceptible a un mayor calentamiento. En algunos casos, la atmósfera del planeta puede calentarse tanto que comienza a brillar, haciéndolo visible para los telescopios.
Otra posibilidad es que los Júpiter calientes se formen mediante un proceso llamado calentamiento de mareas. El calentamiento por marea ocurre cuando la órbita de un planeta es excéntrica (es decir, no circular). A medida que el planeta se acerca y se aleja de su estrella madre, su atracción gravitacional sobre la estrella cambia. Esta atracción gravitacional cambiante puede hacer que la estrella se deforme, lo que a su vez genera calor. Este calor puede transferirse al planeta, provocando que se caliente.
Una combinación de migración hacia el interior y calentamiento de las mareas también es un posible mecanismo para la formación de Júpiter calientes.
Entonces, si bien no es una respuesta simple, la teoría más aceptada es que los Júpiter calientes se forman a través de una combinación de migración de disco y calentamiento de las mareas, lo que da como resultado un planeta muy cercano a su estrella y extremadamente caliente.