Según el límite TOV, la masa máxima de un agujero negro que no gira es aproximadamente 2,5 veces la masa del Sol. Esto se debe a que la atracción gravitacional de un agujero negro más masivo sería tan fuerte que provocaría que la materia dentro de él colapsara hasta formar una singularidad con densidad infinita, violando las leyes de la física.
Para los agujeros negros en rotación, el límite TOV es ligeramente mayor. La masa máxima de un agujero negro que gira rápidamente puede ser hasta 3 veces la masa del Sol. Esto se debe a que la rotación del agujero negro genera una fuerza centrífuga hacia afuera que contrarresta parte de la atracción gravitacional, permitiéndole soportar una masa mayor.
En la práctica, sin embargo, es poco probable que los agujeros negros puedan alcanzar el límite TOV. El proceso de formación de un agujero negro a partir del colapso de materia es muy ineficiente y gran parte de la masa se pierde en forma de radiación. Como resultado, los agujeros negros más masivos observados hasta la fecha tienen sólo unos pocos miles de millones de veces la masa del Sol.