Con las mediciones precisas de Gaia, los astrónomos han estimado las edades de más de 100 millones de estrellas y las han combinado con la composición química de las estrellas para crear el mapa de edades. El tapiz resultante de edades estelares revela la intrincada historia de la Vía Láctea.
El mapa confirma la existencia de múltiples poblaciones estelares dentro de la Vía Láctea, cada una con su propia edad y composición química. Esto indica que nuestra galaxia ha experimentado varios episodios distintos de formación estelar a lo largo del tiempo. El mapa sugiere que las estrellas más antiguas de la Vía Láctea tienen alrededor de 13 mil millones de años, casi tan antiguas como el propio universo.
El mapa también revela la estructura de la Vía Láctea, mostrando que consta de un bulbo central, un disco y un halo. El bulbo, la parte más antigua y compacta de nuestra galaxia, contiene estrellas en su mayoría de más de 10 mil millones de años. El disco, donde reside nuestro sistema solar, alberga estrellas de diversas edades, desde muy jóvenes hasta varios miles de millones de años. Estas estrellas están dispuestas en brazos espirales, lo que indica una formación estelar en curso. El halo, la vasta región exterior de la Vía Láctea, comprende en su mayoría estrellas antiguas que se formaron en las primeras etapas del desarrollo de la galaxia.
El mapa de edades de la Vía Láctea proporciona pistas valiosas sobre la formación y el crecimiento de la galaxia. La composición química de las estrellas ayuda a los astrónomos a inferir las condiciones en las que se formaron. Las estrellas que se formaron tempranamente en la historia de la Vía Láctea son más pobres en metales que las que se formaron más tarde, lo que indica un enriquecimiento gradual de elementos pesados a través de sucesivas generaciones de formación estelar.
Al estudiar la distribución y las edades de las estrellas de la Vía Láctea, los astrónomos pueden comprender mejor los procesos que han dado forma a nuestra galaxia. Este conocimiento contribuye a desentrañar los misterios del universo y nuestro lugar dentro de él, y en última instancia, a reconstruir la compleja narrativa de la gran saga evolutiva de la Vía Láctea.