La gravedad de Caronte ejerce una atracción sobre la atmósfera de Plutón, haciendo que se abulte en el lado que mira a la luna. Este abultamiento crea una región de mayor presión, que inhibe el escape de gases de la atmósfera. Además, la gravedad de Caronte ayuda a centrar el flujo del viento solar alrededor de Plutón, lo que reduce aún más la cantidad de erosión atmosférica.
Como resultado de la presencia de Caronte, la atmósfera de Plutón puede persistir durante mucho más tiempo de lo que lo haría de otra manera. Sin Caronte, la atmósfera de Plutón probablemente se habría disipado en unos pocos millones de años. Sin embargo, con la ayuda de Caronte, la atmósfera de Plutón ha podido sobrevivir durante miles de millones de años.
La interacción entre Plutón y Caronte es un ejemplo fascinante de cómo las lunas pueden desempeñar un papel importante en la configuración del entorno de sus planetas. En el caso de Plutón, la presencia de Caronte ha ayudado a preservar la atmósfera del planeta y hacerlo más hospitalario para la vida.