Uno de los hallazgos clave del estudio fue que las aves marinas utilizan una combinación de aleteo y deslizamiento para lograr sus notables acrobacias aéreas. Cuando vuelan sobre el agua, las aves marinas baten sus alas para generar sustentación, pero también usan el viento para planear sin esfuerzo. Esta combinación de aleteo y planeo permite a las aves marinas cubrir largas distancias con un mínimo gasto de energía.
Al sumergirse en el agua, las aves marinas utilizan sus alas para crear potentes movimientos descendentes que las impulsan hacia abajo. Sus alas también actúan como frenos para ayudarles a reducir la velocidad y controlar su descenso. El estudio encontró que las aves marinas pueden alcanzar velocidades de hasta 60 millas por hora (97 kilómetros por hora) cuando bucean, lo que las convierte en algunos de los animales más rápidos del océano.
El estudio también reveló que las aves marinas tienen una capacidad única para controlar su flotabilidad. Al ajustar el ángulo de sus alas y cuerpo, las aves marinas pueden cambiar su densidad y flotar en la superficie del agua o sumergirse en las profundidades del agua. Esta notable capacidad permite a las aves marinas acceder a una amplia gama de fuentes de alimento, desde peces y calamares hasta plancton y pequeños crustáceos.
Los hallazgos de este estudio proporcionan información valiosa sobre la mecánica de vuelo y buceo de las aves marinas, que son esenciales para su supervivencia en la naturaleza. Al comprender cómo estas asombrosas aves navegan por el aire y el agua, los científicos pueden apreciar mejor las complejidades de su comportamiento y ecología, y trabajar para proteger estas importantes especies.