Mercurio tiene una atmósfera muy fina, compuesta principalmente de helio y oxígeno. La atmósfera es tan fina que no proporciona ningún aislamiento significativo, por lo que la temperatura puede cambiar rápidamente. No hay agua líquida en Mercurio y la superficie está cubierta mayoritariamente de rocas y polvo.
El clima en Mercurio también se ve afectado por la rotación del planeta. Mercurio gira muy lentamente y tarda unos 59 días terrestres en completar una rotación. Esto significa que el planeta experimenta días y noches largos. Durante el día, el Sol incide directamente sobre Mercurio, calentando la superficie. Por la noche, el planeta se enfría rápidamente, ya que no hay atmósfera que lo aísle.
El clima en Mercurio es muy diferente al clima en la Tierra. Las temperaturas extremas y la falta de atmósfera hacen de Mercurio un planeta muy hostil para la vida.