Los atavismos pueden ocurrir por varias razones. Una posibilidad es que el gen del rasgo atávico se haya transmitido de generación en generación de los ancestros del organismo, pero sólo se haya expresado en el organismo actual debido a un cambio en las condiciones ambientales o una mutación aleatoria. Otra posibilidad es que el rasgo atávico sea en realidad un gen dominante, pero sólo se haya expresado en el organismo actual porque la otra copia del gen (el alelo recesivo) haya sido mutada o eliminada.
Los atavismos pueden ser interesantes y fascinantes, pero también pueden ser un signo de un trastorno genético. Algunos atavismos, como la reaparición del coxis en humanos, son relativamente inofensivos. Sin embargo, otros atavismos, como la reaparición de la mandíbula en las serpientes, pueden ser más graves e incluso poner en peligro la vida.
A continuación se muestran algunos ejemplos de atavismos:
* Humanos con cola
* Serpientes con patas
* Pollos con dientes
* Cerdos con rayas
Los atavismos proporcionan evidencia de la teoría de la evolución. Muestran que los organismos pueden heredar rasgos de sus ancestros lejanos, incluso si esos rasgos han estado ocultos durante muchas generaciones.