La NASA pidió recientemente a la comunidad científica que le ayudara a generar ideas innovadoras sobre formas de llevar a cabo su misión Mars Sample Return (MSR). Esto fue en respuesta a un informe de una junta independiente que consideró que su precio de 11.000 millones de dólares (8.700 millones de libras esterlinas) era demasiado caro y su cronograma 2040 demasiado lejano en el futuro.
En resumen, el ambicioso plan era recolectar muestras de rocas almacenadas dentro de contenedores por el rover Perseverance de la NASA y entregarlas a laboratorios en la Tierra. Perseverance ha estado explorando el cráter Jezero de Marte, que se cree que alguna vez albergó un antiguo lago, desde 2021. La misión entregaría las muestras enviando un módulo de aterrizaje que transporta un cohete (el módulo de aterrizaje de recuperación de muestras de la NASA) hasta la superficie de Marte. P>
Luego, Perseverance entregaría las muestras de rocas almacenadas en caché al módulo de aterrizaje, con pequeños helicópteros no tripulados entregados en el módulo de aterrizaje como respaldo. Luego, las muestras de Perseverance se lanzarían a la órbita de Marte utilizando el cohete del módulo de aterrizaje. Una nave espacial que ya se encuentra en órbita marciana, el Earth Return Orbiter, interceptaría estas muestras y las entregaría a la Tierra.
Ver que los plazos se retrasan hacia el futuro no es nuevo. Ha sucedido con los planes de la NASA para regresar a la luna y la misión europea ExoMars para encontrar vida en el planeta rojo. Si bien es bueno ser realista en cuanto a los plazos, el panorama de la exploración espacial ha cambiado en las últimas dos décadas, a medida que organizaciones como la NASA experimentan tensiones financieras y pérdidas de empleos a gran escala.
Las superpotencias estatales ya no envían personas a la luna con enormes presupuestos como lo hacían en la era Apolo. Por lo tanto, la innovación y la eficiencia son vitales para hacer financieramente posible la exploración espacial.
Las empresas privadas están acaparando una mayor cuota de mercado espacial en Occidente. Este es un momento decisivo para la exploración espacial y una llamada de atención para buscar una innovación que controle el gasto. La alternativa es arriesgarse a abandonar la última frontera.
El retorno de muestras de Marte tiene el potencial de ser científicamente innovador en varios sentidos. Se ha descubierto que las rocas recolectadas en el cráter Jezero, específicamente un afloramiento llamado Pico Bunsen, están formadas por minerales depositados en el agua.
En la Tierra, los minerales depositados a través del agua son buenos para atrapar material biológico, como microorganismos. También pueden dar una indicación de las condiciones climáticas en el momento en que se formó la roca.
Hay límites a la ciencia que se puede llevar a cabo con instrumentos científicos que también son lo suficientemente livianos como para cargarlos en un rover. La capacidad de analizar muestras de roca marciana en un laboratorio en la Tierra podría proporcionar conocimientos profundos sobre las posibilidades de vida en el espacio.
Pero hay una razón aún más fundamental de por qué el retorno de muestras de Marte es tan importante. Es un trampolín para llevar humanos a Marte. El programa de exploración espacial humana de la NASA tiene como objetivo explícito llevar humanos a Marte.
Proporcionado por The Conversation
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