El espacio ha estimulado la imaginación colectiva de los humanos desde la antigüedad. Mientras que los astrónomos de la época del Renacimiento comenzaron a descubrir los secretos de los cuerpos celestes, no fue sino hasta el siglo XX que los humanos pudieron viajar al espacio exterior. Hoy la mayoría de la exploración espacial se realiza mediante sondas espaciales no tripuladas. Estas sondas presentan una serie de problemas para las agencias espaciales administradas por el gobierno.
Menor costo
Enviar objetos hechos por el hombre al espacio siempre es una empresa costosa. En términos comparativos, sin embargo, las sondas espaciales no tripuladas costarán menos que las misiones tripuladas porque el diseño de los vehículos no tiene que adaptarse y sostener la vida humana, lo que incluye disposiciones para aire respirable, una temperatura interior habitable y la capacidad de volver a entrar de forma segura la atmósfera de la Tierra Reducir estos desafíos de ingeniería adicionales hace que las misiones espaciales sean más baratas, lo que permite a la agencia espacial realizar más misiones con un presupuesto limitado.
Posibilidad de llegar a ubicaciones extremas
Las sondas espaciales no tripuladas pueden ir donde los astronautas no. Estas incluyen misiones que se acercan lo suficiente al sol hasta donde el calor y los niveles de radiación matan a un humano. Y un viaje no tripulado a largo plazo podría ir más allá de una embarcación que tenía que llevar comida para sustentar la vida. Las naves no tripuladas permiten misiones como Voyager I y II, que no solo visitaron algunos de los cuerpos más exteriores del sistema solar sino que continúan viajando al espacio y envían datos a la Tierra. De hecho, el Voyager 1 ahora viaja fuera del sistema solar, en el espacio interestelar.
Riesgo de fallas en el funcionamiento
Mientras que las sondas espaciales pueden realizar misiones que impedirían la participación humana, no son perfectas. Mientras que los humanos pueden adaptarse a situaciones cambiantes y reparar fallas de funcionamiento, las sondas solo pueden ejecutar su programación. Si esta programación es defectuosa, como el malogrado Mars Climate Orbiter que se estrelló en la superficie marciana porque dos equipos diferentes usaron diferentes sistemas de medición, la misión puede estar condenada al momento en que la sonda se levante. Esto puede llevar a fallas públicas costosas y vergonzosas.
Menos entusiasmo
Mientras que las sondas espaciales conducen una buena ciencia y llevan a cabo misiones útiles, no capturan la imaginación humana ni encienden el mismo tipo de emoción que un espacio de exploración física humana sí lo hace. Las agencias espaciales gubernamentales dependen de la política presupuestaria del momento para la financiación, y la falta de interés público en la exploración espacial hace que las agencias espaciales sean un blanco atractivo para cortar. Si bien las misiones tripuladas son más limitadas desde el punto de vista científico, son mucho más efectivas para captar la opinión pública necesaria para financiar la exploración espacial.