Aquí está por qué la NASA está regresando a Venus después de 40 años
Esta figura muestra el pico volcánico Idunn Mons en el área de Imdr Regio de Venus, derivado de datos obtenidos por la nave espacial Magellan de la NASA y la nave espacial Venus Express de la ESA. NASA / JPL-Caltech / ESA
Por décadas, la exploración de nuestro sistema solar dejó uno de nuestros planetas vecinos, Venus, en gran parte inexplorado. Ahora, Las cosas están a punto de cambiar.
En el último anuncio del programa de exploración del sistema solar de la NASA, Se ha dado luz verde a dos misiones, y ambas están destinadas a Venus. Las dos ambiciosas misiones se lanzarán entre 2028 y 2030.
Esto marca un cambio considerable en la dirección de la división de ciencia planetaria de la NASA, que no ha enviado una misión al planeta desde 1990. Es una noticia emocionante para los científicos espaciales como yo.
Venus es un mundo hostil. Su atmósfera contiene ácido sulfúrico y la temperatura de la superficie es lo suficientemente alta como para derretir el plomo. Pero no siempre ha sido así. Se cree que Venus comenzó de manera muy similar a la Tierra. ¿Entonces qué pasó?
Mientras que en la Tierra, el carbono está atrapado principalmente en las rocas, en Venus se ha escapado a la atmósfera, lo que lo convierte en aproximadamente un 96 por ciento de dióxido de carbono. Esto ha provocado un efecto invernadero desbocado, empujando las temperaturas de la superficie hasta 750 kelvin (470 grados Celsius o 90 grados Fahrenheit).
La historia del planeta lo convierte en un lugar excelente para estudiar el efecto invernadero y aprender a gestionarlo en la Tierra. Podemos usar modelos que trazan los extremos atmosféricos de Venus, y comparar los resultados con lo que vemos en casa.
Pero, las condiciones extremas de la superficie son una de las razones por las que las misiones de exploración planetaria han evitado Venus. La alta temperatura significa una presión muy alta de 90 bares (equivalente a aproximadamente un kilómetro bajo el agua) que es suficiente para aplastar instantáneamente a la mayoría de los módulos de aterrizaje planetarios. Puede que no sea una sorpresa luego, que las misiones a Venus no siempre han salido según lo planeado.