La agregación puede tener implicaciones importantes sobre las propiedades y el comportamiento de las nanopartículas. Puede afectar su distribución de tamaño, área de superficie, reactividad y propiedades ópticas. Por ejemplo, la agregación puede reducir la superficie disponible para reacciones químicas, disminuyendo así la actividad catalítica de las nanopartículas. También puede alterar las propiedades ópticas de las nanopartículas, como su color y absorbancia, que pueden ser cruciales en aplicaciones como la detección y la obtención de imágenes.
Para prevenir o controlar la agregación, se pueden emplear varias estrategias. Estos incluyen funcionalización de superficies, estabilización electrostática, estabilización estérica y el uso de dispersantes o tensioactivos. Modificando la química de la superficie o introduciendo fuerzas repulsivas entre las nanopartículas, se puede minimizar la agregación, asegurando una mejor dispersión y estabilidad de las nanopartículas en el medio deseado.
Comprender y controlar la agregación es importante en diversos campos de la nanotecnología, incluida la catálisis, la detección, la administración de fármacos y la electrónica. Al optimizar la estabilidad y dispersión de las nanopartículas, es posible aprovechar sus propiedades únicas y lograr el rendimiento deseado en aplicaciones específicas.