Las bolsas de plástico son una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero. Están hechos de polietileno, que es un tipo de plástico derivado del petróleo crudo. La producción de polietileno requiere una gran cantidad de energía y este proceso libera gases de efecto invernadero a la atmósfera. Además, las bolsas de plástico suelen terminar en los vertederos, donde se descomponen lentamente y liberan metano, un potente gas de efecto invernadero. Prohibir las bolsas de plástico ayudaría a reducir la cantidad de gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera y esto ayudaría a mitigar el cambio climático.
Desviar residuos de los vertederos
Las bolsas de plástico son uno de los principales contribuyentes a los residuos de los vertederos. Son livianos y fácilmente transportados por el viento, lo que significa que a menudo terminan en vertederos, incluso si no se desechan allí intencionalmente. En los vertederos, las bolsas de plástico pueden tardar cientos de años en descomponerse y también pueden filtrar sustancias químicas nocivas al medio ambiente. Prohibir las bolsas de plástico ayudaría a desviarlas de los vertederos, reduciendo la cantidad de residuos que se eliminan y ahorrando valioso espacio en los vertederos.
Fomentando el uso de bolsas reutilizables
Al prohibir las bolsas de plástico, la ciudad de Nueva York puede fomentar el uso de bolsas reutilizables. Las bolsas reutilizables son más duraderas que las bolsas de plástico y se pueden usar varias veces antes de que sea necesario reemplazarlas. Esto ayudaría a reducir la cantidad de residuos generados por las bolsas de plástico, y también ayudaría a concienciar sobre la importancia de la sostenibilidad medioambiental.
Prohibir las bolsas de plástico en la ciudad de Nueva York no sólo tendría un impacto positivo en el medio ambiente, sino que también enviaría un mensaje contundente sobre el compromiso de la ciudad para mitigar el cambio climático.