La migración celular es un proceso fundamental en biología que participa en una amplia gama de actividades, incluido el desarrollo embrionario, la curación de heridas y la respuesta inmune. Durante la migración celular, las células extienden protuberancias en la dirección del movimiento y luego se impulsan hacia adelante mediante un proceso llamado generación de fuerza de tracción.
Los investigadores descubrieron que la curvatura de la superficie de una célula desempeña un papel fundamental en la generación de fuerza de tracción. Cuando la curvatura de la superficie de una célula es alta, la célula puede generar más fuerza de tracción y moverse más rápido. Esto se debe a que la alta curvatura de la superficie de la célula le permite hacer más contactos con el sustrato y ejercer más fuerza sobre él.
Los investigadores también descubrieron que la curvatura de la superficie de una célula está regulada por una proteína llamada Rac1. Rac1 es una pequeña GTPasa que participa en una variedad de procesos celulares, incluida la migración celular. Cuando se activa Rac1, promueve la formación de protuberancias en la superficie de la célula. Estas protuberancias aumentan la curvatura de la superficie de la célula y permiten que la célula genere más fuerza de tracción y se mueva más rápido.
Los hallazgos de este estudio proporcionan nuevos conocimientos sobre cómo se mueven las células durante el desarrollo y la enfermedad. Al comprender cómo la curvatura de la superficie de una célula impulsa la migración celular, los investigadores podrán desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades en las que la migración celular se ve afectada, como el cáncer y los trastornos de cicatrización de heridas.
Además de las posibles implicaciones para la salud humana, los hallazgos de este estudio también podrían tener implicaciones para el campo de la robótica. Al comprender cómo se mueven las células, los ingenieros podrán diseñar robots que puedan moverse de manera más eficiente y efectiva.