Las células están constantemente expuestas a fuerzas mecánicas, tanto de su entorno como de su interior. Estas fuerzas pueden afectar la forma, la función e incluso la supervivencia de las células. Para comprender cómo responden las células a las fuerzas mecánicas, los investigadores deben poder medir estas fuerzas a nanoescala.
Los investigadores utilizaron una técnica llamada microscopía de fuerza atómica (AFM) para medir las propiedades mecánicas de las células. AFM implica el uso de una sonda afilada para escanear la superficie de una muestra. La sonda está unida a un voladizo, que es una pequeña viga que vibra a una determinada frecuencia. A medida que la sonda explora la superficie, encuentra obstáculos que hacen que el voladizo vibre. La amplitud de la vibración se puede utilizar para medir la fuerza que ejerce la sonda sobre la muestra.
En este estudio, los investigadores utilizaron AFM para medir las propiedades mecánicas de las células expuestas a diferentes niveles de presión. Descubrieron que las células se volvían más rígidas a medida que aumentaba la presión. Esto sugiere que las células pudieron sentir la presión y responder cambiando su estructura.
Los investigadores creen que la capacidad de las células para sentir y responder a la presión es importante para una variedad de procesos celulares, como la división, migración y diferenciación celular. Los hallazgos también podrían tener implicaciones para comprender y tratar una variedad de enfermedades, como el cáncer y las enfermedades cardíacas.
"Al comprender cómo responden las células a las fuerzas mecánicas, podemos desarrollar nuevas formas de tratar enfermedades causadas por fuerzas mecánicas anormales", dijo el coautor del estudio, el Dr. Sanjay Kumar.