1. Evalúe la amenaza:
- Priorizar la seguridad de todas las personas involucradas. Realizar una evaluación exhaustiva de la situación para determinar la gravedad de la amenaza de suicidio, la presencia de armas y cualquier peligro inmediato para la víctima o la persona que hace la amenaza.
2. Calmar la situación:
- Utilice una comunicación tranquila y empática para intentar calmar la situación. Escuche a la persona en apuros y trate de comprender su perspectiva sin hacer promesas que no pueda cumplir.
3. Involucre a profesionales de la salud mental:
- En su caso, solicitar la asistencia de profesionales de la salud mental para brindar apoyo en el lugar y evaluar el bienestar mental de la persona. Los agentes de policía deben colaborar con expertos en salud mental para garantizar que la persona reciba la atención y el apoyo necesarios.
4. Ofrecer intervención en crisis:
- Proporcionar información sobre recursos de intervención en crisis, como líneas directas o equipos móviles de crisis, que puedan ofrecer apoyo y asistencia. Asegúrese de que la persona tenga la oportunidad de pedir ayuda si es necesario.
5. Documente minuciosamente:
- Documentar todos los detalles del incidente, incluidas las declaraciones hechas, el comportamiento observado y cualquier acción tomada por la policía. Esta documentación es crucial para futuras investigaciones y toma de decisiones.
6. Planificación de seguridad:
- Si las amenazas de suicidio son recurrentes, trabaje con la víctima y los profesionales de salud mental para desarrollar un plan de seguridad que incluya medidas que la persona pueda tomar para controlar su angustia y protegerse a sí misma y a los demás del daño.
7. Referencia a servicios apropiados:
- Conectar a la persona que amenaza con los servicios de salud mental adecuados para recibir apoyo y tratamiento continuos. Haga un seguimiento para asegurarse de que estén recibiendo la atención necesaria.
8. Protección a las víctimas:
- Priorizar la seguridad y protección de la víctima. Evaluar si existe la necesidad de una orden de restricción temporal u otras medidas legales para garantizar su bienestar.
9. Controles periódicos:
- Mantener contacto periódico con la persona y su familia, si procede, para seguir su evolución y garantizar su seguridad.
10. Colabore con recursos comunitarios:
- Establecer relaciones sólidas con organizaciones locales de salud mental, grupos de apoyo y servicios de prevención de violencia doméstica para facilitar el acceso a recursos y brindar apoyo integral tanto a la persona que amenaza como a la víctima.
Es importante recordar que cada situación es única y requiere un juicio cuidadoso. Los agentes deben priorizar el bienestar y la seguridad de todas las partes involucradas y al mismo tiempo garantizar que las necesidades de salud mental se aborden adecuadamente. La capacitación en intervención de salud mental, manejo de crisis y colaboración con profesionales de la salud mental pueden mejorar en gran medida la respuesta policial a las amenazas de suicidio en el contexto de la violencia familiar.