1. Motor de descenso:
* El motor principal del LM, llamado sistema de propulsión de descenso (DPS), proporcionó la fuerza de frenado primaria.
* Este motor quemó combustible (Aerozine 50 y N2O4) para generar empuje, desacelerando el descenso de LM.
* El motor era de throtlable, permitiendo un control preciso de la velocidad de descenso.
2. Radar de aterrizaje:
* El LM usó un sistema de radar para medir su altitud, velocidad y distancia horizontal desde el sitio de aterrizaje.
* Estos datos fueron alimentados a la computadora, que calculó el empuje del motor necesario para mantener una trayectoria de descenso segura.
3. Sistema de orientación:
* La computadora del LM, junto con el Sistema de Guía de inercia (IGS), controlaba la trayectoria de descenso y mantuvo un aterrizaje seguro.
* Esto incluyó alinear el LM para aterrizar y garantizar un touchdown suave.
4. Trusteros de control de actitud:
* Pequeños propulsores alrededor de la LM proporcionó control para el tono, la guiñada y el rollo.
* Estos propulsores se usaron para ajustar la orientación de LM durante el descenso, asegurando una actitud de aterrizaje segura.
5. Etapa de abortes:
* El LM fue diseñado con una etapa de aborto que podría separarse de la etapa de descenso si ocurrió un problema de aterrizaje.
* Esto permitiría a los astronautas regresar a la órbita lunar y, finalmente, de regreso a la tierra.
Aquí hay un desglose del proceso de aterrizaje:
1. Descenso inicial: El LM se separó del módulo de comando (cm) en la órbita lunar y comenzó su descenso.
2. Descendente alimentado: El motor DPS disparó, ralentizando el LM hacia abajo.
3. Activación del radar de aterrizaje: El radar de aterrizaje se activó para proporcionar datos de posición precisos.
4. Control del sistema de orientación: La computadora e IG guiaron el LM hacia el sitio de aterrizaje objetivo.
5. Descendencia final: La velocidad del LM se redujo a un descenso lento y controlado.
6. Touchdown: El LM aterrizó suavemente en la superficie lunar.
Punto clave: El proceso de aterrizaje fue una maniobra compleja y desafiante, confiando en un control preciso, sensores precisos y un sistema informático robusto. Esta fue una parte crítica del éxito de las misiones del Apolo.