* Falta de atmósfera: La luna prácticamente no tiene atmósfera de la que hablar. Esto significa que no hay aire para absorber, dispersar o reflejar la luz solar, lo que lleva a una radiación solar directa e intensa que alcanza la superficie.
* Albedo bajo: La superficie de la luna tiene un albedo bajo, lo que significa que refleja solo una pequeña cantidad de luz solar. Esto significa que la mayor parte de la energía solar es absorbida por la superficie, lo que lleva a un rápido aumento de la temperatura.
* No hay agua ni nubes: A diferencia de la Tierra, la Luna no tiene agua ni nubes para fluctuaciones de temperatura moderadas. El agua es un excelente absorbedor de calor y tiene una alta capacidad de calor, lo que ayuda a regular la temperatura.
* Día lunar largo: Un día lunar (el tiempo entre el amanecer y el atardecer) dura alrededor de 29.5 días de la Tierra. Esto significa que la superficie está expuesta a la luz solar directa durante un período prolongado, lo que permite que la temperatura aumente constantemente.
Como resultado de estos factores, las temperaturas en la superficie lunar pueden alcanzar máximos abrasadores de más de 120 ° C (248 ° F) durante el día lunar, mientras se hunden a temperaturas extremadamente frías (-173 ° C/-279 ° F) durante la noche lunar.