El sol no "sale" ni "se pone" en el sentido convencional. Parece hacerlo porque la Tierra gira sobre su eje y permite que diferentes partes de su superficie queden iluminadas por los rayos del sol. Por lo tanto, desde el amanecer hasta el mediodía, el sol parece ascender en el cielo a medida que una mayor superficie de la Tierra queda expuesta a su luz.