La dispersión de la luz en los diamantes a menudo se compara con la de un prisma. Un prisma es un objeto transparente con caras triangulares o rectangulares, que además refracta y dispersa la luz. Sin embargo, la dispersión provocada por un diamante es generalmente más fuerte que la de un prisma. Esto significa que los diamantes pueden producir un espectro de colores más intenso y vibrante.
La dispersión de la luz es una propiedad óptica importante de los diamantes que contribuye a su belleza y valor. Es uno de los factores que determina el brillo y el fuego de un diamante, características muy apreciadas. Los diamantes con alta dispersión a menudo se consideran más deseables y valiosos que aquellos con menor dispersión.