Ahora es ampliamente aceptado que el calentamiento de las mareas impulsó la dinamo lunar. La órbita de la Luna no es perfectamente circular, sino ligeramente elíptica, estando la Luna más cerca de la Tierra (perigeo) y más alejada de la Tierra (apogeo) a intervalos regulares. Esta ligera excentricidad hace que la velocidad de rotación de la Luna varíe ligeramente con el tiempo, y esta variación crea fuerzas de marea entre la Luna y la Tierra.
Estas fuerzas de marea hacen que las capas exteriores de la Luna se flexionen, y esta flexión genera calor a través de la fricción. Se cree que este calor es lo que impulsó la dinamo lunar, que luego creó el campo magnético de la Luna.
Fuentes de energía alternativas
Algunos científicos han sugerido que fuentes de energía alternativas, como la desintegración radiactiva o reacciones químicas, también podrían haber contribuido a la dinamo lunar. Sin embargo, no hay evidencia que respalde estas hipótesis, y el calentamiento de las mareas sigue siendo la explicación más aceptada de cómo funcionaba la dinamo lunar.