Aumento de la temperatura del mar
A medida que el océano se calienta debido al cambio climático, la atmósfera se vuelve más inestable, lo que puede provocar tormentas más frecuentes e intensas. Además, las temperaturas más cálidas del mar pueden proporcionar más humedad para las tormentas, lo que las hace más propensas a producir tornados.
Cambios en la circulación atmosférica
El cambio climático también está provocando cambios en los patrones de circulación atmosférica, lo que puede conducir a condiciones más favorables para la formación de tornados. Por ejemplo, un Ártico más cálido se ha relacionado con cambios en la corriente en chorro, lo que puede provocar tormentas más frecuentes e intensas en Estados Unidos.
Aumento de la urbanización
A medida que se desarrolla más y más terreno para viviendas, negocios y otros fines, la cantidad de vegetación disminuye. Esto puede provocar cambios en el clima local, haciéndolo más propicio para la formación de tornados.
Aumento de población
A medida que crece la población de los Estados Unidos, cada vez más personas viven en áreas con riesgo de sufrir tornados. Esto significa que es probable que más personas se vean afectadas por los tornados, incluso si la frecuencia de los brotes de tornados no aumenta.
Es importante señalar que el cambio climático no es el único factor que contribuye a los brotes de tornados. Otros factores, como la variabilidad natural del clima y los cambios en el uso de la tierra, también pueden influir. Sin embargo, el cambio climático es un factor importante que probablemente contribuya al aumento de la frecuencia e intensidad de los brotes de tornados en el futuro.