Sin embargo, es importante señalar que los apagones de agosto de 2020 fueron un evento extremo. California no ha experimentado apagones de esta escala en los últimos años y es poco probable que se conviertan en algo habitual. El estado ha tomado medidas para mejorar su infraestructura de red y reducir su dependencia de los combustibles fósiles, lo que debería ayudar a mitigar el riesgo de futuros apagones.
Además, el estado está invirtiendo en fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, que tienen menos probabilidades de verse afectadas por condiciones climáticas extremas. Estas inversiones deberían ayudar a que la red sea más resiliente y reducir la probabilidad de futuros apagones.
En general, si bien los apagones de agosto de 2020 fueron un acontecimiento preocupante, es poco probable que se conviertan en la nueva normalidad en California. El estado está tomando medidas para mejorar su infraestructura de red y reducir su dependencia de los combustibles fósiles, lo que debería ayudar a mitigar el riesgo de futuros apagones.