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  • ¿Cuándo una aurora no es aurora? Los fenómenos llamados 'Steve' y 'valla' se hacen pasar por auroras
    Steve y la valla son dos fenómenos atmosféricos descubiertos recientemente que han sorprendido y desconcertado a los científicos. Aunque comparten ciertas similitudes con las auroras, no se clasifican como verdaderas auroras boreales.

    Las auroras, también conocidas como auroras boreales, ocurren cuando partículas cargadas del sol interactúan con el campo magnético de la Tierra. Estas partículas, en su mayoría electrones y protones, se aceleran a lo largo de las líneas de campo y chocan con átomos y moléculas de nitrógeno y oxígeno en la atmósfera terrestre, provocando que emitan luz. La altitud y la densidad atmosférica a la que se producen estas colisiones determinan el color y la forma de la aurora.

    Steve, abreviatura de Strong Thermal Emission Velocity Enhancement, es una cinta de luz tenue e inusual que aparece en la mesosfera y la termosfera inferior, mucho más alta que la altitud de las auroras típicas. Descubierto en 2016 por el astrónomo aficionado Steve Matousek, tiene una longitud de cientos a miles de kilómetros y parece un rayo de luz violeta o verde. Sin embargo, a diferencia de las auroras, Steve no exhibe los mismos movimientos complejos y dinámicos y su mecanismo de emisión aún no se comprende completamente. Se cree que está asociado con el flujo de partículas energéticas dentro de un estrecho rango de altitud.

    La valla de estacas, por otro lado, es una forma peculiar de aurora que se presenta como una secuencia de bandas cortas de luz paralelas que se extienden de norte a sur. Observado por primera vez en 2016, suele aparecer en la zona de la aurora y puede persistir durante decenas de minutos o incluso horas. Su apariencia se caracteriza por una serie de estrechas columnas o "piquetes" de luz orientadas verticalmente, lo que da origen a su descriptivo nombre. El origen de las auroras en forma de valla sigue siendo un tema de investigación científica, pero parecen estar asociadas con procesos a pequeña escala en la magnetosfera.

    Tanto el fenómeno de Steve como el de la valla han despertado el interés de la comunidad científica, ofreciendo nuevas vías para estudiar la naturaleza dinámica y compleja de la atmósfera de la Tierra y sus interacciones con el clima espacial. Al analizar y comprender estos fenómenos, los científicos pueden obtener información sobre los mecanismos que impulsan el comportamiento de la atmósfera superior y los efectos de la actividad solar en nuestro planeta.

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