En febrero, la administración Trump publicó una propuesta de presupuesto para el año fiscal 2021 que pedía “acelerar la transición de las actividades de la órbita terrestre baja, como la Estación Espacial Internacional, al sector comercial”. La propuesta de presupuesto también establecía que la NASA “centraría sus esfuerzos de exploración humana en la Luna, en preparación para futuras misiones a Marte”.
Esta directiva representa un cambio significativo en la política espacial de Estados Unidos. Durante casi dos décadas, Estados Unidos ha sido el socio líder en el programa de la Estación Espacial Internacional, que ha servido como símbolo de cooperación internacional y colaboración científica. La estación también ha sido un importante beneficiario de la financiación de la NASA:Estados Unidos ha aportado más de 100.000 millones de dólares al programa a lo largo de su vida.
El plan de la administración Trump de privatizar la estación espacial ha generado reacciones encontradas. Algunos expertos creen que es un paso necesario para reducir el gasto público y fomentar la inversión del sector privado en el espacio. A otros les preocupa que la privatización pueda conducir a una disminución de la supervisión y la rendición de cuentas públicas, así como a una pérdida de oportunidades de investigación científica.
En respuesta a la propuesta de la administración Trump, el Congreso ha tomado medidas para proteger la Estación Espacial Internacional. En mayo, la Cámara de Representantes aprobó una enmienda a la Ley de Autorización de la NASA de 2020 que requeriría que la NASA continuara operando la estación espacial al menos hasta 2030. La enmienda también prohibía a la NASA privatizar la estación sin la aprobación del Congreso.
El Senado aún tiene que votar sobre la Ley de Autorización de la NASA, pero se espera que la medida se adopte pronto. Si el Senado aprueba la enmienda, representaría un revés significativo para el plan de la administración Trump de privatizar la Estación Espacial Internacional.
El futuro de la Estación Espacial Internacional es incierto en este momento. La administración Trump sigue comprometida con su plan de privatizar la estación, pero el Congreso se opone a esta medida. El resultado de este debate tendrá un impacto importante en el futuro de los vuelos espaciales tripulados de Estados Unidos y el papel del sector privado en la exploración espacial.