Una tormenta solar que surgió de la superficie del sol el 24 de septiembre de 2022 produjo un espectáculo de luces brillantes en todo el mundo, pero aún no se han informado interrupciones importantes en los sistemas eléctricos o las comunicaciones. La tormenta solar, clasificada como tormenta geomagnética de clase G2, provocó que la aurora boreal, también conocida como aurora boreal, se hiciera visible hasta en el sur de Estados Unidos y Europa.
La tormenta fue causada por una eyección de masa coronal (CME), una gran explosión de plasma y campos magnéticos, procedente del sol. Las CME pueden viajar a través del espacio e interactuar con el campo magnético de la Tierra, provocando tormentas geomagnéticas. Si bien esto puede alterar los sistemas eléctricos, las comunicaciones e incluso las señales de GPS, hasta el momento no se han reportado problemas graves.
La aurora boreal es un espectáculo de luz natural que ocurre cuando partículas cargadas del sol interactúan con el campo magnético de la Tierra. Estas partículas se aceleran a lo largo de las líneas de campo y chocan con átomos y moléculas de la atmósfera, provocando que emitan luz. El color de la aurora depende del tipo de átomos y moléculas que se excitan.
Las tormentas solares no son infrecuentes y el campo magnético de la Tierra suele protegernos de sus efectos nocivos. Sin embargo, grandes tormentas, como la del 24 de septiembre, pueden provocar perturbaciones en los sistemas eléctricos y en las comunicaciones. Además, las tormentas solares también pueden suponer un riesgo para los astronautas y los satélites en el espacio.