Europa es una de las lunas más intrigantes de nuestro sistema solar. Tiene aproximadamente el mismo tamaño que la luna de la Tierra, pero tiene una composición muy diferente. Europa está cubierta por una gruesa capa de hielo y se cree que tiene un océano subterráneo de agua líquida. Se cree que este océano es uno de los lugares más prometedores para buscar vida extraterrestre, ya que podría proporcionar un ambiente cálido y acuoso que podría sustentar la vida microbiana.
Sin embargo, el intenso entorno de radiación de Europa ha sido un obstáculo importante para la planificación de misiones a la luna. La radiación proviene del poderoso campo magnético de Júpiter, que crea un entorno hostil para las naves espaciales. Estudios anteriores han sugerido que las naves espaciales deberían estar protegidas con varios metros de plomo o agua para protegerlas de la radiación. Esto haría que las misiones a Europa fueran muy caras y difíciles de lanzar.
El nuevo estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de California en Berkeley, utilizó simulaciones por computadora para modelar el entorno de radiación alrededor de Europa. Los investigadores descubrieron que el entorno de radiación no es tan severo como se pensaba anteriormente. Descubrieron que las naves espaciales podrían protegerse con unos pocos centímetros de plomo o agua, lo que haría mucho más factibles las misiones a Europa.
"Nuestros resultados muestran que las misiones a Europa son posibles, incluso en un entorno de intensa radiación", dijo el autor principal Xianzhe Jia, estudiante de posgrado en el Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de UC Berkeley. "Esto abre la posibilidad de explorar el océano subterráneo de Europa y buscar vida".
Los investigadores también descubrieron que el entorno de radiación alrededor de Europa no es constante. Varía según la posición de la luna en su órbita alrededor de Júpiter. Esto significa que las naves espaciales podrían lanzarse a Europa en momentos en que el entorno de radiación sea menos severo, lo que reduciría aún más el riesgo para las naves espaciales.
Los resultados de este estudio suponen un gran avance para la planificación de futuras misiones a Europa. Muestran que es posible diseñar naves espaciales que puedan resistir el entorno de radiación y explorar el océano subterráneo de la luna. Esto podría conducir al descubrimiento de vida extraterrestre en Europa y ayudarnos a comprender mejor la evolución de nuestro sistema solar.