1. Absorción: El objeto puede absorber la energía térmica, aumentando su temperatura interna. Este es el resultado más común para los objetos que no son altamente reflexivos.
2. Reflexión: El objeto puede reflejar la energía térmica, enviándola de nuevo a los alrededores. Es más probable que esto suceda con objetos brillantes o de color claro.
3. Transmisión: El objeto puede transmitir La energía térmica a través de sí misma, lo que le permite pasar al otro lado. Esto es característico de materiales transparentes como el vidrio.
Es importante tener en cuenta que estos procesos a menudo ocurren simultáneamente, solo para diferentes grados. Por ejemplo, un objeto de color oscuro absorberá principalmente el calor, pero también puede reflejar y transmitir una pequeña cantidad.