1. Cambio de velocidad: La luz viaja más lento en agua que en el aire. Esto se debe a que el agua es más densa que el aire, lo que significa que hay más moléculas empacadas. Las ondas de luz tienen que interactuar con estas moléculas, frenándolas.
2. flexión: Cuando el rayo de luz ingresa al agua, se ralentiza. La parte de la onda que ingresa al agua primero se ralentiza antes del resto de la onda, lo que hace que el frente de onda se dobla.
3. Ángulo de refracción: La cantidad de flexión, o el ángulo de refracción, depende del ángulo de incidencia (el ángulo en el que la luz golpea la superficie) y los índices de refracción de los dos medios (aire y agua). El índice de refracción es una medida de cuánta luz se ralentiza en un medio.
Aquí hay una manera simple de visualizarlo:
Imagine un automóvil que conduce en una carretera pavimentada y luego de repente entrando en un campo fangoso. El auto disminuirá y cambiará su dirección porque se encuentra con la resistencia del lodo. Del mismo modo, el rayo de luz ralentiza y cambia de dirección cuando ingresa al agua más densa.
Puntos clave:
* El rayo de luz se dobla hacia La normal (una línea imaginaria perpendicular a la superficie) cuando entra en un medio más denso.
* El ángulo de refracción siempre es más pequeño que el ángulo de incidencia.
* Si el rayo de luz golpea la superficie en un ángulo de 90 grados (perpendicular a la superficie), no cambiará de dirección.
Este fenómeno de refracción es responsable de muchos efectos ópticos interesantes, como:
* La aparente flexión de una pajita en un vaso de agua.
* La forma en que funciona una lupa.
* La formación de arcoíris.