* sus temperaturas se vuelven iguales. Ya no hay una diferencia de temperatura que impulse el flujo de calor.
* La transferencia de calor neta es cero. Si bien aún puede haber algún intercambio de calor microscópico, la cantidad total de calor que se mueve de un cuerpo a otro está equilibrado.
Piense en ello así:
Imagine dos tazas de agua, una caliente y una fría. Cuando los pones en contacto, el calor fluye desde el agua caliente al agua fría. A medida que el agua caliente pierde el fuego, se enfría y el agua fría gana calor y se calienta. Este proceso continúa hasta que ambas tazas de agua alcanzan la misma temperatura. En este punto, no hay más "fuerza impulsora" para la transferencia de calor, y el flujo se detiene.
Nota importante: Mientras que la transferencia de calor neta se detiene, las moléculas en ambos cuerpos aún vibran y poseen energía interna. Simplemente están vibrando a la misma velocidad promedio, lo que resulta en la misma temperatura.