1. Gravedad: Esta es la fuerza principal que actúa sobre el meteorito. La atracción gravitacional de la Tierra atrae al meteorito, lo que hace que se acelere hacia el planeta. La fuerza de esta fuerza depende de la masa del meteorito y su distancia desde la tierra.
2. Resistencia del aire (arrastre): A medida que el meteorito entra en la atmósfera de la Tierra, se encuentra con las moléculas de aire. Estas moléculas chocan con el meteorito, creando una fuerza que se opone a su movimiento. Esta fuerza se llama arrastre y aumenta dramáticamente a medida que aumenta la velocidad del meteorito.
3. Flotabilidad: Si bien es menos significativo que la gravedad o el arrastre, el aire que rodea el meteorito ejerce una fuerza flotante, empujándola hacia arriba. Esta fuerza es relativamente pequeña debido a la alta densidad del meteorito en comparación con el aire.
4. Levante aerodinámico: La forma del meteorito y su ángulo de entrada pueden crear una pequeña cantidad de elevación. Esta fuerza puede hacer que el meteorito se desvíe ligeramente de su trayectoria.
5. Fricción: El calor intenso generado por la fricción entre el meteorito y las moléculas de aire hace que la superficie del meteorito se derrita y se ablata. Esta ablación elimina el material y altera la forma del meteorito, impactando aún más las otras fuerzas que actúan sobre él.
6. Fuerzas electromagnéticas: Si bien no es tan prominente como las otras fuerzas, las interacciones electromagnéticas entre el meteorito y la atmósfera de la Tierra pueden desempeñar un papel, especialmente cuando el meteorito se separa.
7. Presión de radiación solar: Esta fuerza es extremadamente débil, pero puede afectar la trayectoria de meteoros muy pequeños, especialmente durante sus etapas iniciales de entrada.
La combinación de estas fuerzas determina la trayectoria, la velocidad y, en última instancia, el destino de un meteorito a medida que viaja a través de la atmósfera de la Tierra.