Si bien Edison era un inventor brillante, era escéptico sobre la física teórica y, a menudo, prefería centrarse en aplicaciones prácticas. Descalló las ecuaciones de Maxwell y el concepto de ondas electromagnéticas como "simples ejercicios matemáticos".
Incluso después de que Heinrich Hertz demostró experimentalmente la existencia de ondas electromagnéticas en 1887, Edison permaneció sin convencer. Continuó creyendo que la electricidad fluía a través de cables como el agua a través de las tuberías, y que la transmisión inalámbrica era imposible.
Este escepticismo finalmente obstaculizó el progreso de Edison en la tecnología de radio, que se estaba desarrollando rápidamente a principios del siglo XX. Si bien realizó algunos experimentos con telegrafía inalámbrica, nunca aceptó completamente el potencial de las ondas electromagnéticas.