La difusión es un proceso pasivo, lo que significa que no requiere ningún aporte de energía. Ocurre de forma espontánea como resultado de la energía térmica de las moléculas. La velocidad de difusión es proporcional al gradiente de concentración, que es la diferencia de concentración entre dos regiones. Cuanto mayor sea el gradiente de concentración, más rápida será la velocidad de difusión.
La difusión es esencial para muchos procesos biológicos, como el transporte de nutrientes al interior de las células y la eliminación de productos de desecho. También desempeña un papel en el movimiento del agua y otras moléculas a través de las membranas.