Cuando una fuerza desequilibrada actúa sobre un objeto, hace que la velocidad del objeto cambie. La velocidad es la tasa de cambio del desplazamiento, por lo que cuando la velocidad de un objeto cambia, su trayectoria también cambiará.
Cuando se aplica una fuerza desequilibrada a un objeto, el objeto acelerará en la dirección de la fuerza. Cuanto mayor sea la fuerza desequilibrada, mayor será la aceleración.
La dirección de una fuerza desequilibrada se puede cambiar cambiando la dirección de la fuerza. Por ejemplo, si empujas una pelota con la mano, la pelota rodará en la dirección en la que la empujas. Si cambias la dirección de tu empujón, la pelota rodará en una dirección diferente.
Los efectos de las fuerzas desequilibradas son importantes en muchas situaciones diferentes. Por ejemplo, la fuerza de gravedad atrae los objetos hacia la Tierra, razón por la cual los objetos caen al suelo. El empuje de los motores de un avión empuja al avión hacia adelante, razón por la cual los aviones vuelan.