Las restricciones físicas limitan los posibles movimientos de un objeto al impedir físicamente que se mueva en ciertas direcciones. Por ejemplo, una pared impedirá que un objeto se mueva hacia la izquierda o hacia la derecha, y una cuerda evitará que un objeto se aleje del punto donde está atado.
Las restricciones conceptuales limitan los posibles movimientos de un objeto al hacer que sea social o moralmente inaceptable moverse en determinadas direcciones. Por ejemplo, una regla que prohíba caminar sobre el césped impedirá que las personas caminen sobre el césped, incluso si no existe una barrera física que les impida hacerlo.
Las limitaciones pueden desempeñar un papel importante en nuestras vidas. Pueden ayudarnos a mantenernos seguros, evitar conflictos y vivir en armonía con los demás. Sin embargo, las limitaciones también pueden ser limitantes y pueden impedirnos alcanzar nuestro máximo potencial. Es importante encontrar un equilibrio entre los beneficios y los costos de las limitaciones.