Cuando una pelota se deja caer desde una altura mayor, tiene más energía potencial. Esta energía potencial se convierte en energía cinética cuando la pelota cae, y esta energía cinética es la que hace que la pelota rebote. Cuanto más alto se deja caer la pelota, más energía potencial tendrá y más rápido se moverá cuando toque el suelo. Esto significa que rebotará más alto.
Además, la altura desde la que se deja caer una pelota puede afectar el ángulo en el que rebota. Si una pelota se deja caer desde una altura baja, normalmente rebotará en un ángulo mayor que si se deja caer desde una altura alta. Esto se debe a que la pelota tiene menos tiempo para perder su energía cinética cuando se deja caer desde una altura baja, por lo que retiene más velocidad y rebota en un ángulo más alto.
Por último, la altura desde la que se deja caer una pelota también puede afectar la duración de su rebote. Si una pelota se deja caer desde una altura alta, normalmente rebotará durante más tiempo que si se deja caer desde una altura baja. Esto se debe a que la pelota tiene más energía cinética cuando se deja caer desde una altura elevada, por lo que puede superar la resistencia del aire y rebotar durante más tiempo.
En resumen, diferentes alturas afectarán el rebote de una pelota al cambiar su velocidad, ángulo y duración del rebote.