El COR de una pelota está determinado por varios factores, incluido el material de la pelota, la superficie que golpea y el ángulo con el que golpea la superficie. En general, las bolas más duras tienen un COR más alto que las más blandas, y las superficies más lisas tienen un COR más alto que las superficies más rugosas. El ángulo en el que la pelota golpea la superficie también afecta el COR, y las bolas que golpean la superficie en un ángulo perpendicular tienen un COR más alto que las bolas que golpean la superficie en ángulo.
Cuando se lanza, patea, dribla o golpea una pelota, ésta experimenta una fuerza que la deforma. La cantidad de deformación depende del COR de la pelota y de la superficie que golpea. Si el COR es alto, la pelota se deformará menos y rebotará con más velocidad. Si el COR es bajo, la pelota se deformará más y rebotará con menos velocidad.
El COR de una pelota es un factor importante para determinar su rendimiento en un deporte determinado. Por ejemplo, en baloncesto, una pelota con un COR alto rebotará más alto y será más fácil de lanzar, mientras que en fútbol, una pelota con un COR bajo será más fácil de controlar y pasar.