Las partículas de un sólido se mantienen en su lugar gracias a fuertes fuerzas intermoleculares, lo que les impide moverse muy lejos. Sin embargo, todavía pueden vibrar en su lugar. Las vibraciones de las partículas de un sólido son las que hacen que el sólido se sienta caliente al tacto.
La cantidad de vibración que ocurre en un sólido depende de la temperatura del sólido y del tipo de material. Algunos materiales vibran más que otros a la misma temperatura. Por ejemplo, los metales vibran más que los no metales. Esta es la razón por la que los metales se sienten más fríos al tacto que los no metales, incluso cuando están a la misma temperatura.