Una suspensión que no se separa es una mezcla de dos o más sustancias en la que las partículas de la fase dispersa miden más de 1000 nm y se sedimentan lentamente bajo la influencia de la gravedad. Estas partículas son lo suficientemente grandes como para dispersar la luz, dando a la suspensión una apariencia turbia o turbia. Las suspensiones que no se separan también se conocen como dispersiones gruesas o suspensiones coloidales. Ejemplos de suspensiones que no se separan incluyen leche, pintura y barro.