El daño cerebral causado por las ondas explosivas puede ocurrir de varias maneras:
1. Onda de presión y desplazamiento cerebral:El cambio repentino de presión atmosférica provocado por la onda expansiva puede generar un gradiente de presión a lo largo del cráneo. Esta distribución desigual de la presión puede hacer que el cerebro se desplace rápidamente dentro del cráneo, lo que podría provocar contusiones, lesiones por corte y daños a los vasos sanguíneos.
2. Fuerzas de aceleración-desaceleración:la onda expansiva puede hacer que la cabeza y el cuerpo aceleren rápidamente y luego desaceleren abruptamente, exponiendo el cerebro a altas fuerzas de inercia. Esto puede provocar un movimiento cerebral dentro del cráneo, lo que provoca una lesión axonal difusa (DAI), es decir, daño a las fibras nerviosas que conectan diferentes regiones del cerebro.
3. Deformaciones estructurales del cráneo:La intensa presión que ejerce la onda expansiva sobre la cabeza puede provocar que el cráneo se deforme o incluso se fracture. Estas deformaciones pueden dañar directamente el tejido cerebral o pueden provocar lesiones secundarias como hemorragia o compresión del cerebro.
4. Lesiones indirectas:Las ondas explosivas también pueden causar lesiones al dañar otras partes de la cabeza y el cuello. La rotura de los tímpanos, el daño a los senos nasales y la dislocación o fracturas de la columna cervical pueden afectar indirectamente al cerebro y contribuir a los síntomas de una lesión cerebral.
El alcance del daño cerebral causado por las ondas explosivas depende de varios factores, incluida la intensidad de la explosión, la distancia desde la fuente de la explosión, la posición de la cabeza del individuo y la presencia de equipo de protección. Sin embargo, incluso una exposición relativamente leve a explosiones puede tener consecuencias neurológicas importantes y problemas de salud a largo plazo, como déficits cognitivos, pérdida de memoria, trastorno de estrés postraumático y dolor crónico.