Los agujeros negros son regiones del espacio-tiempo donde la gravedad es tan fuerte que nada, ni siquiera la luz, puede escapar. Según la física clásica, los agujeros negros son como pozos sin fondo que consumen sin descanso todo lo que se les acerca, sin devolver nada. Sin embargo, el trabajo de Hawking demostró que los agujeros negros no son completamente negros; en realidad emiten un tenue resplandor de radiación.
Esta radiación, ahora llamada radiación de Hawking, surge de la naturaleza cuántica del espacio-tiempo cerca del horizonte de sucesos de un agujero negro. En el borde de un agujero negro, donde la gravedad es extremadamente intensa, las partículas y sus antipartículas pueden surgir espontáneamente y aniquilarse entre sí. Estas partículas virtuales, pares de partículas que constantemente aparecen y desaparecen en el espacio vacío, se comportan de manera diferente en presencia de un agujero negro.
Una partícula de un par puede caer en el agujero negro mientras la otra escapa. La partícula que escapa se lleva energía del agujero negro, lo que provoca una pérdida gradual de masa. Este proceso es similar a cómo la aspirina se disuelve en agua, liberando lentamente sus moléculas en el líquido circundante. A medida que el agujero negro emite radiación, se evapora gradualmente con el tiempo y finalmente desaparece por completo.
El descubrimiento de Hawking tuvo profundas implicaciones para nuestra comprensión de los agujeros negros. Desafió la noción de que los agujeros negros son objetos perfectamente absorbentes e introdujo la idea de la gravedad cuántica, un marco teórico que pretende unificar los principios de la mecánica cuántica con las leyes de la gravedad.
Además, el trabajo de Hawking proporcionó información sobre la paradoja de la información, un enigma que surge cuando se aplica la mecánica cuántica a los agujeros negros. Si la información se destruye cuando la materia cae en un agujero negro, contradeciría los principios fundamentales de la física cuántica, que afirman que la información no se puede perder. La solución propuesta por Hawking a esta paradoja sugiere que la información se conserva en la radiación emitida por Hawking, aunque en forma codificada.
Las contribuciones de Stephen Hawking a la física, incluida su innovadora investigación sobre los agujeros negros, dejaron un impacto duradero en nuestra comprensión científica del universo. Sus ideas continúan inspirando y desafiando a los físicos, impulsando la búsqueda del conocimiento y la exploración de los misterios más profundos del cosmos.