Los investigadores reclutaron a un grupo de estudiantes de derecho y les pidieron que redactaran una ley sobre un tema de su elección. Luego, un grupo de abogados experimentados brindó a los estudiantes retroalimentación sobre sus borradores. Los investigadores descubrieron que los estudiantes que recibieron comentarios negativos tenían más probabilidades de utilizar un lenguaje complejo en sus borradores revisados.
Los investigadores dicen que sus hallazgos ayudan a explicar por qué las leyes suelen ser tan difíciles de entender. Cuando los abogados se sienten inseguros acerca de sus propios conocimientos jurídicos, es más probable que utilicen un lenguaje complejo para parecer más autoritarios. Esto puede dificultar que las personas comprendan las leyes que se supone que deben seguir.
Los investigadores sugieren que hay varias cosas que se pueden hacer para que las leyes sean más comprensibles. Un enfoque es brindar a los abogados más capacitación en redacción en lenguaje sencillo. Otro enfoque es alentar a los abogados a obtener comentarios sobre sus borradores de personas que no son abogados. Finalmente, los investigadores sugieren que las leyes deberían redactarse de una manera más colaborativa, involucrando aportes de una variedad de partes interesadas.
Al hacer que las leyes sean más comprensibles, podemos ayudar a garantizar que las personas puedan comprender y cumplir las leyes que se supone deben seguir. Esto puede conducir a una sociedad más justa y equitativa.