La investigación, publicada en la revista Nature Physics, fue dirigida por el Dr. Akshay Naik y el profesor Stefan Maier del Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge. Utilizaron una técnica llamada espectroscopia de deflexión fototérmica para medir cómo la luz de un rayo láser de baja energía doblaba el plástico.
Cuando la luz incide sobre un objeto, puede reflejarse, absorberse o transmitirse. En el caso del plástico, la mayor parte de la luz se transmite, pero se absorbe una pequeña cantidad. Esta luz absorbida hace que el plástico se caliente, lo que a su vez hace que se expanda. La expansión del plástico crea un gradiente en el índice de refracción del material, que desvía la luz.
Los investigadores descubrieron que la cantidad de curvatura dependía de la longitud de onda de la luz. Las longitudes de onda más cortas, como la luz azul, doblaron el plástico más que las longitudes de onda más largas, como la luz roja. Esto se debe a que las longitudes de onda más cortas tienen más energía que las longitudes de onda más largas, por lo que provocan un mayor calentamiento del plástico.
Los investigadores también descubrieron que la curvatura del plástico podía controlarse mediante la intensidad de la luz. A bajas intensidades, la flexión era pequeña, pero a medida que aumentaba la intensidad, la flexión se hacía más pronunciada.
Este descubrimiento tiene el potencial de conducir a nuevas formas de manipular la luz para aplicaciones como las comunicaciones ópticas y la obtención de imágenes. Por ejemplo, podría utilizarse para crear interruptores ópticos controlados por luz o para desarrollar nuevos tipos de lentes que puedan enfocar la luz con mayor precisión.
Los investigadores dicen que el siguiente paso es investigar cómo se puede utilizar este efecto para crear dispositivos prácticos. También esperan explorar la posibilidad de utilizar otro tipo de materiales, como metales o semiconductores, para conseguir efectos similares.