1. Humedad relativa adecuada: Cuando la humedad relativa del aire está cerca del 100%, significa que el aire contiene una cantidad máxima de vapor de agua para esa temperatura específica. En este nivel, el aire está saturado y cualquier ligero enfriamiento o cambio en la presión atmosférica puede hacer que el vapor de agua se condense en gotas de agua visibles o cristales de hielo.
2. Punto de rocío: El punto de rocío es la temperatura a la que el aire se satura con vapor de agua. Cuando la temperatura desciende hasta el punto de rocío, el vapor de agua se condensa en agua líquida, formando nubes o niebla. Cuando el punto de rocío es bajo y la temperatura desciende por debajo del punto de congelación, las gotas de agua condensadas o los cristales de hielo pueden formar copos de nieve en lugar de lluvia.
3. Eficiencia de precipitación y niveles de congelación: La eficiencia de la precipitación se refiere a la cantidad de precipitación que llega al suelo en comparación con la cantidad que cae del cielo. Cuando el aire es más frío y seco en elevaciones más altas, es más probable que haya una mayor eficiencia de precipitación. Además, el nivel de congelación, que es la altura sobre el suelo donde la temperatura es inferior al punto de congelación, influye. Si el nivel de congelación es lo suficientemente bajo y hay suficiente humedad, se puede formar nieve incluso si la temperatura en el suelo está ligeramente por encima del punto de congelación.
4. Temperatura de la superficie: Si bien la temperatura del aire ambiente puede ser de 30 grados Fahrenheit, la temperatura en superficies como el suelo u objetos elevados como los parabrisas de los automóviles puede caer por debajo del punto de congelación. Cuando la nieve cae sobre estas superficies más frías, puede acumularse y permanecer en forma sólida a pesar de las temperaturas del aire ligeramente más altas.
5. Factor de sensación térmica: La velocidad del viento puede afectar la forma en que percibimos la temperatura. Incluso si la temperatura ambiente es de 30 grados Fahrenheit, un viento fuerte puede hacer que se sienta más frío. Cuando el viento pasa sobre una superficie cálida como la piel, se lleva el calor y provoca una rápida disminución de la temperatura. En tales situaciones, las áreas expuestas pueden sentirse más frías y crear la ilusión de temperaturas aún más bajas.
En resumen, aunque la temperatura del aire pueda ser de 30 grados Fahrenheit, la interacción de la humedad relativa, el punto de rocío, la eficiencia de las precipitaciones, los niveles de congelación y las condiciones locales de la superficie aún pueden provocar nevadas.