La ley establece que la probabilidad de que ocurra un milagro es inversamente proporcional a la raíz cuadrada del número de personas que creen en él. Esto significa que si hay un milagro en el que cree un gran número de personas, entonces las posibilidades de que suceda son muy pequeñas. Por el contrario, si hay un milagro en el que sólo unas pocas personas creen, entonces las posibilidades de que suceda son mucho mayores.
La ley de Littlewood se basa en la idea de que cuantas más personas crean en un milagro, más probable será que éste sea denunciado e investigado, lo que a su vez aumenta la probabilidad de que se descubra que es falso. Esto se debe a que cuantas más personas estén involucradas en la investigación de un milagro, más probable será que alguien encuentre una explicación racional para ello.
Aunque la ley de Littlewood no es una teoría científicamente probada, sí proporciona un marco útil para comprender el papel que desempeña la creencia en la ocurrencia de milagros. Sugiere que cuantas más personas crean en un milagro, menos probabilidades habrá de que sea cierto, y cuantas menos personas crean en un milagro, más probabilidades habrá de que sea cierto.