Superposición:Las partículas cuánticas pueden existir en una superposición de múltiples estados o lugares simultáneamente. Esto significa que están en una nube probabilística de posibilidades hasta que se miden u observan, momento en el que "colapsan" en un estado específico. El experimento mental del gato de Schrödinger ilustra este concepto:se considera al gato vivo y muerto hasta que se abre la caja.
Entrelazamiento cuántico:cuando las partículas se entrelazan, comparten una correlación especial de modo que el estado de una partícula afecta instantáneamente al estado de la otra, independientemente de la distancia entre ellas. Este fenómeno, conocido como no localidad cuántica, viola las nociones clásicas de localidad y causalidad.
Dualidad onda-partícula:las partículas en el mundo cuántico exhiben características tanto de partículas como de ondas. Pueden comportarse como partículas localizadas con posiciones bien definidas o como ondas que pueden interferir y difractarse como la luz. Esta dualidad se manifiesta en experimentos como el de la doble rendija.
Principio de incertidumbre:El principio de incertidumbre de Heisenberg establece que existen límites inherentes a la precisión con la que ciertos pares de propiedades físicas, como la posición y el momento, o la energía y el tiempo, pueden medirse simultáneamente. Cuanto más exactamente se conoce una propiedad, menos exactamente se puede determinar la otra.
Túnel cuántico:las partículas cuánticas pueden atravesar barreras de energía incluso cuando su energía es inferior a la altura de la barrera. Este fenómeno permite la posibilidad de desintegración radiactiva y otros procesos que parecen improbables según la física clásica.
Estos son sólo algunos ejemplos de los comportamientos extraños y contraintuitivos observados en el ámbito cuántico. La rareza cuántica tiene profundas implicaciones para nuestra comprensión de la naturaleza fundamental de la realidad y los fundamentos de la física.