Cómo el Canal de Panamá hace que el agua fluya cuesta arriba
La Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles considera al Canal de Panamá una de las siete maravillas del mundo moderno. Canal de panamá
En las selvas calientes de América Central a principios del siglo XX, miles de trabajadores trabajaron bajo la lluvia y el barro tratando de partir Panamá por la mitad para unir el Océano Pacífico con el Mar Caribe. Lo dificil el trabajo sucio implicaba más que excavar y dinamitar, aunque. Trabajar en el Canal de Panamá en los primeros días se trataba simplemente de sobrevivir.
Pero a pesar de todas las hazañas de ingeniería innovadoras logradas en la creación del Canal de Panamá, una de las siete maravillas del mundo moderno de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles, fue una decisión que se ocupó más del hombre que de la máquina la que resultó más crítica.
Miles de trabajadores, tal vez hasta 22, 000 - murió mientras los franceses intentaron por primera vez cavar el canal. La fiebre amarilla era desenfrenada al igual que la malaria. Accidentes laborales muertos y mutilados. Cerca del 80 por ciento de la fuerza laboral estaba huyendo cuando los estadounidenses asumieron el cargo en 1903.
Cuando el famoso ingeniero John Frank Stevens llegó en 1905, su primer trabajo fue detener la carnicería. Y eso significó aceptar la idea relativamente nueva de que controlar los mosquitos, una medida favorecida por el médico del ejército estadounidense William Crawford Gorgas, haría que el lugar de trabajo fuera más seguro.
"Los hombres de esa época no podían concebir que un mosquito pudiera matar a un hombre fuerte. Simplemente no podían respetar eso, "dice J. David Rogers, profesor de ingeniería geológica en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Missouri. "Lo que tenías que conquistar para que el proyecto funcionara eran los problemas de saneamiento".
Con la guía de Gorgas y bajo las órdenes de Stevens, se drenaron los pantanos y se cortaron los pastizales cercanos a los trabajadores para controlar los mosquitos. Se utilizaron insecticidas. Se revisaron los cuartos de los trabajadores. Se capturaron mosquitos adultos. Se administró quinina a los hombres. El resultado:la fiebre amarilla en el área fue casi erradicada. Y, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las muertes por malaria en la población total se redujeron de un máximo de 16,21 por 1, 000 en julio de 1906 a 2,58 por 1, 000 en diciembre de 1909.
Ese éxito médico allanó el camino para la maravilla de la ingeniería que siguió.