1. Gota de hoja:
* Conservando agua: Los árboles caducifolios arrojan sus hojas en el otoño, reduciendo el área de superficie expuesta a la pérdida de agua a través de la transpiración (evaporación de las hojas). Esto es especialmente importante en el invierno cuando el suelo está congelado y el agua es escasa.
* Preventando daños: Las hojas pueden congelarse, causando daños a las células. La caída de las hojas evita esto.
2. Cambios en el color de la hoja:
* Desglose de clorofila: La clorofila de pigmento verde en las hojas se descompone en otoño, revelando otros pigmentos como naranja, amarillo y rojo. Este proceso ayuda al árbol a reabsorbir algunos nutrientes de las hojas antes de caer.
3. Estructura de la hoja:
* Capa protectora: Las hojas caducifolias a menudo tienen un recubrimiento ceroso en su superficie que ayuda a prevenir la pérdida de agua.
* cicatriz de hoja: Cuando caen las hojas, dejan una cicatriz protectora en la rama, evitando la pérdida de agua e infección.
4. Estado latente:
* Conservación de energía: Durante el invierno, los árboles caducifolios entran en un estado latente, reduciendo su actividad metabólica para conservar la energía. Esto les permite sobrevivir en las reservas de alimentos almacenados en sus raíces y tallos.
5. Adaptando al frío:
* Tolerancia congelada: Los árboles caducifolios han desarrollado estrategias para tolerar las temperaturas de congelación, como la producción de compuestos anticongelantes que reducen el punto de congelación de sus células.
En resumen:
Los árboles caducifolios pierden sus hojas en el otoño para minimizar la pérdida de agua, evitar que el daño se congele y conserve la energía durante el invierno. Esta adaptación les permite sobrevivir a las duras condiciones y prosperar en la primavera.