La palabra "ecosistema" es la abreviatura de sistema ecológico y consiste en muchos organismos diferentes, como plantas, animales, tierra, agua y microorganismos que viven juntos y dependen unos de otros para existir. La Tierra está compuesta por millones de ecosistemas individuales, desde pequeños ecosistemas como un pequeño estanque forestal hasta grandes ecosistemas como la tundra ártica.
Importancia de los ecosistemas
Todas las plantas y animales de la Tierra dependen ecosistemas para proporcionar alimento y hábitat. Los ecosistemas deben mantener un delicado equilibrio para mantenerse vitales. Por ejemplo, un ciervo que vive en el ecosistema del prado necesita agua para beber, vegetación para comer y arbustos y helechos para dormir y esconderse. Si la población de ciervos aumenta demasiado para que su ecosistema actual pueda proporcionar estas cosas, el ciervo adicional tendrá que busque alimento y refugio en otro lugar, invadiendo los hábitats y ecosistemas de otras especies. Influencia humana
Los humanos también dependen de los ecosistemas para proporcionar alimentos y recursos naturales. Por ejemplo, la madera utilizada para crear madera para la construcción y pulpa para papel proviene de los muchos ecosistemas forestales de la Tierra. Cuando los recursos naturales se cosechan de un ecosistema, puede alterar el delicado equilibrio si no se hace de manera responsable. Según la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio patrocinada por las Naciones Unidas, el 60% de los ecosistemas en la Tierra se están utilizando más rápido de lo que pueden reponerse.
Proteger los Ecosistemas de la Tierra
Los ecosistemas de la Tierra pueden ser protegido a través del uso responsable. Las tierras muy cultivadas plantadas en cultivos individuales pueden reemplazarse con diversos sistemas de cultivo que ayudan a mantener la productividad del suelo y a prevenir la erosión. Como propietarios de viviendas, los humanos pueden plantar especies nativas que proporcionan alimento y refugio a los animales. Estas especies nativas tienden a crecer con menos agua suplementaria y poca necesidad de fertilización, lo que conserva y protege nuestras fuentes de agua. Como consumidores, los humanos pueden comprar productos cultivados de manera sostenible, usar menos productos desechables y comprar productos con un embalaje mínimo o reciclable. Cada acto de conservación en nuestros hogares, patios y lugares de trabajo reduce el estrés en nuestros ecosistemas y ayuda a mantener el equilibrio necesario para mantenerlos.